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Prurito Vaginal

¿Qué es?


El prurito vaginal es una picazón o irritación molesta de la piel de la vagina y en el área circundante (vulva). Dicho prurito puede ocasionar un deseo de rascarse el área afectada.

¿Por qué se produce?


Las causas comunes del prurito vaginal son, entre otras:


Irritantes químicos: como detergentes y suavizantes de ropa, aerosoles femeninos, ungüentos, cremas, duchas y espumas anticonceptivas o gelatinas.


Menopausia: la disminución de los niveles de estrógenos provoca un adelgazamiento de la pared vaginal y disminuye la lubricación.


Estrés: puede incrementar el prurito vaginal y hace a la mujer más susceptible a las infecciones.


Candidiasis vaginal: a menudo incluye una secreción blanca similar a cuajada. Estas infecciones pueden ser causadas por antibióticos, pastillas anticonceptivas, embarazo, menstruación, uso de condones, relaciones sexuales, diabetes y un sistema inmunitario debilitado.


Vaginitis: inflamación, picazón, secreción y olor ocasionado por otras infecciones (incluyendo enfermedades de transmisión sexual). La vaginitis es común en las niñas antes de la pubertad. Sin embargo, si una niña pequeña tiene un infección vaginal de transmisión sexual, se debe considerar como abuso sexual y abordarse como tal.

Otras causas posibles pero menos comunes de prurito vaginal o vulvar incluyen:


– Ciertas enfermedades cutáneas que afectan la piel vulvar, algunas de las cuales pueden ser precancerosas
– Oxiuros (infección parasitaria que afecta especialmente a los niños)

Síntomas


Los síntomas incluyen:
– Ardor o picazón
– Ampollas o úlceras en la vagina o vulva
– Inflamación, sangrado vaginal o flujo poco usuales
– Fiebre y dolor abdominal pélvico

¿Cómo se diagnostica?


El diagnóstico se inicia con un examen físico, pero puede incluir también un cultivo y examen microscópico del flujo vaginal, un análisis de tejido vaginal, análisis de orina y de sangre.

¿Cómo se trata?


Para prevenir y tratar el prurito vaginal se recomienda:
– Evitar el papel higiénico perfumado o de color y los baños de espuma.
– Evitar las duchas vaginales y los aerosoles para la higiene femenina.
– Cambiarse la ropa húmeda, especialmente trajes de baño o ropa para hacer ejercicio, tan pronto como sea posible.
– Limpiar o lavar el área de adelante hacia atrás (desde la vagina hasta el ano) después de orinar o defecar.
– Tomar yogur con cultivos vivos o tomar tabletas de lactobacillus acidophilus cuando se están tomando antibióticos. Se recomienda consultar con el médico.
– Mantener el área genital limpia y seca, y usar jabones naturales sin perfume.
– Mantener los niveles de glucemia bajo control en caso de ser diabética.
– Bajar de peso, en caso de obesidad.
– Usar ropa interior de algodón o medias veladas con entrepierna de algodón. Evitar la ropa interior fabricada con materiales sintéticos. A los bebés y a los niños que empiezan a caminar se les debe cambiar el pañal frecuentemente.


Fuente: Institutos Nacionales de Salud, NIH, EE.UU.